Reduce - recycle - renew
La ambición de reducir el consumo de plástico debe estar en consonancia con las exigencias de una elevada seguridad alimentaria y una protección óptima de los productos a la hora de elegir los materiales plásticos para los envases.
En la actualidad, la mayor parte de la gama de productos de venta al por menor de Royal Greenland se envasa en bolsas de plástico. Estas bolsas están hechas de una o más capas de plástico con diferentes propiedades, dependiendo del tipo de producto para el que esté diseñada la bolsa. Para muchos productos, es esencial una alta calidad de barrera para evitar que el aire se filtre en la bolsa, mientras que otras bolsas deben ser resistentes a los objetos punzantes para evitar cortes durante el proceso de envasado de productos congelados. En el caso del pescado ahumado, es esencial una capa impermeable al 100% para evitar que el pescado se ponga rancio.
Para que el plástico sea apto para el reciclado, normalmente sólo puede estar compuesto por un tipo de plástico o el llamado polímero. En algunos casos, es necesario aumentar el grosor de la bolsa de plástico para poder reciclarla cuando, por ejemplo, se cambia de PE/PET a PE, lo que puede parecer contradictorio con la ambición general de disminuir el consumo de plástico.
En el siguiente gráfico se ilustra el comportamiento de diferentes polímeros y combinaciones de éstos en términos de reciclabilidad. Como se indica en el gráfico, es un factor determinante que los polímeros sean compatibles. Los polímeros no compatibles no son separables en el proceso de reciclado y, por tanto, sólo son aptos para incluirse en un proceso de combustión.
Para Royal Greenland, el primer paso para reducir el consumo de plástico en la venta al por menor es asegurarse de que todos los envases de venta al por menor estén fabricados con polímeros compatibles. Con esta elección, nos aseguramos de que nuestros envases de venta al por menor sean lo más reciclables posible. En algunos casos, esta decisión puede provocar un aumento del consumo de plástico, ya que la transición a un material más reciclable provocará un aumento del grosor del plástico para garantizar una protección óptima del producto.
Los materiales puros como el PET, el PP y el PE tienen el mayor grado de reciclabilidad, mientras que los materiales enumerados en la zona amarilla pueden reciclarse normalmente como cubetas de plástico, macetas de jardín, etc.
Una alternativa a largo plazo a los polímeros fósiles del gráfico es el cambio a envases de bioplástico fabricados a partir de recursos renovables como la remolacha azucarera, el maíz o la paja. En la actualidad, el bioplástico se utiliza principalmente en bolsas de plástico y envases que no están en contacto directo con los alimentos.